Cuando abres una manzana por la mitad empieza a oscurecerse rápidamente. Esto ocurre porque se daña su estructura celular, es decir, se OXIDA. Por eso, al entrar en contacto con el oxígeno, reacciona oscureciéndose como un sistema de defensa. Una forma muy común de evitarlo es agregando un poco de zumo de limón por encima, el cual ralentiza el proceso de oxidación. He aquí la clave del funcionamiento de los antioxidantes, en este caso, de la Vitamina C.
Pero, si realizamos todo este proceso para evitar que se oxide una manzana, ¿por qué no hacerlo con las células de nuestro cuerpo?