Autocuidado de la salud gracias a la organización en el trabajo
No es ningún secreto en el mundo laboral que se espera que las personas pasen más tiempo en su trabajo para lograr altos niveles de productividad. Junto con esto, el trabajador promedio tiene que equilibrar su vida profesional con su vida personal y otras obligaciones, que a menudo no puede atender, produciendo el estrés resultante de tratar de hacerlo todo.
Sin embargo, las cosas más importantes que podrían compensar el estrés, como dormir lo suficiente, una nutrición adecuada y ejercicio físico, no entran dentro de los planes del día a día porque no hay tiempo suficiente para incluirlos en una vida tan ocupada… hasta que alguien se enferma: dolor de espalda, tensión alta, sobrepeso por el sedentarismo… Llegar a este punto es lo que abre los ojos a estos trabajadores promedios para finalmente cambiar su estilo de vida.
Por ello, en nuestro sistema sanitario, cada vez más médicos están “recetando alimentación sana y ejercicio” como pautas clave para llevar unos buenos hábitos de vida. Ahora la gran pregunta es: ¿cómo puede uno encontrar el tiempo que necesita para el autocuidado sin sacrificar tiempo para el trabajo?
Aquí hay 3 pasos que pueden ayudar:
- A primera hora, identificar los asuntos más importantes del día y priorizar.
Identifica cuáles son las tareas más importantes y las más urgentes, haz un buen listado y decide qué tiempo le vas a dedicar a cada cosa. No se trata sólo de las tareas de tu trabajo, sino de organizar tu día entero, con tu familia, tus amigos o en tu trabajo. Te ayudará a aprovechar el tiempo con todos y cada uno de ellos, pero no te olvides de lo más importante: guarda tiempo para ti en ese listado.
- Enumerar entre los objetivos “llevar una buena alimentación” y “practicar ejercicio”.
Ahora que entiendes que tu salud es muy importante es el momento de pensar qué puedes hacer para mejorar tu estilo de vida. Bajar de peso, comer mejor, dormir más… parece que todos son objetivos alcanzables, ¿verdad? Sin embargo, prueba a hacerlos todos a la vez… Sí, es abrumador. Así que lo mejor es que empieces con un objetivo, y poco a poco vayas añadiendo a la lista.
- Planear cómo vas a hacerlo.
El hecho de saber que debes hacer algo no es suficiente para hacer que suceda. Hay un sinfín de opciones y formas de hacerlo, pero tienes que tomarte tu tiempo y establecer tus objetivos con la técnica “SMART”:
- Específicos: (Specific) Por ejemplo “esta semana empiezo a caminar”.
- Medibles: (Mensurable) Se puede establecer una distancia específica o meta de tiempo y frecuencia (“voy a caminar 30 minutos diarios”).
- Alcanzable (Achievable) No vas a empezar corriendo 5 km diarios, pero sabes que puedes andar 2 km a ritmo rápido e ir añadiendo más distancia e intensidad con el paso de los días.
- Relevante (Relevant) Estás haciendo esto porque quieres mejorar tu estilo de vida, empezando por cuidar tu condición física.
- Tiempo (Timed) Puedes ponerte una meta de caminar 30 minutos al dia 5 veces por semana. Cuando lo logres, aumentas el objetivo, y cuando lo logres de nuevo, fija un nuevo objetivo. No establezcas metas antes de tiempo, hazlo cuando alcances las anteriores.
Empezar por la actividad física es una buena estrategia, y además lo notarás en otras áreas de tu vida: el sueño, la pérdida de peso, la hipertensión, la digestión, y mucho más. Una simple actividad física puede amplificar tu energía y ser aún más productivo. Y es probable que cuando empieces a sentirte mejor tendrás ganas de más, y de una u otra manera encontrarás el tiempo para agregar más actividades a tu vida diaria.
Así que encuentra algo de tiempo para empezar: saca tu calendario y encontrarás que tu ajetreada vida se vuelve más organizada, y tu (y los de tu alrededor) te sentirás mejor, más saludable y con más energía.
Foto en CC: Flickr/Maxime Raphael
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